Aun no entiendo a ciencia cierta porque dicen que el nacimiento de los niños de 8 meses es más peligroso que lo de 7 meses. Yo, tengo uno de cada uno y ambos son, absolutamente normales.
Aunque, ¡ojo! creo que el haber hecho tantas actividades con mi primer hijo sintiéndome tan bien, de alguna manera pudo haber anticipado el nacimiento de mi segunda hija.
Ser padres sin haber llegado a término, es algo que complica desde el punto de vista económico, tanto como moral. Definitivamente esa clase de agradables sorpresas, desajustan cualquier presupuesto y desgastan a cualquier persona.
No es cosa fácil para una mujer salir de un hospital recién siendo madre y sin ningún hijo en brazos porque se ha quedado en cuidados intensivos quien sabe por cuánto tiempo y bajo qué circunstancias, ni para los padres quedarse al frente de la casa de un día a otro sin previo aviso.
Comprendo a las mamas que ven con ojos de melancolía y un poco de tristeza a quienes andan por allí con sus hijos hermosos, grandes y sanos en brazos, mientras ellas, con el corazón partido en 2, 3 o 4 partes buscan en algún lugar ropa de prematuro o mamones para los biberones más chiquititos para los pedacitos de gente que dejaron a fuerza de no poder hacer otra cosa, bajo cuidados de completos, aunque capacitados, extraños, en un intensivo de un hospital, conectados a un respirador, un monitor de saturación, sonda nasogástrica y de antibióticos y suero en pies y manos que apenas dejan ver los pequeños pero vivarachos ojos de esas lindas criaturas que en verdad, son un milagro.
¡Pero si se puede!… Se puede soportar esas noches en vela pensando qué dirá el pediatra al día siguiente, si tendrán o no que hacerles algún procedimiento médico, pidiendo saldos cada semana o mes para ir pensando en cómo saldar esas cuentas tan gigantescas de los hospitales…. Se puede sobrevivir el llegar a casa y ver la ropa pequeña sin dueño o la cuna aún vacía;… Se puede no perder jamás la esperanza de que cada día te dirán una pequeña, pero buena noticia de la onza que aumento de peso o los mililitros de fórmula que gloriosamente se tomó. ¡Por supuesto que se puede!.. Y ¿saben que es lo mejor de todo?.. Que como dicen, después de la tempestad llega la calma. ¡Y no hablo de ya no desvelarse!;.. ¡No, claro que no!;…Hablo de seguirse desvelando pero ahora con tu niño(a) en brazos;… Hablo de poder haber hecho una rifa para recaudar fondos o darse cuenta que siempre Dios pone manos que ayudan y de alguna forma inexplicable se saldan cuentas;….. Hablo de ver luego día a día cambios gigantescos en sus manos y sus ojos… en cómo va engrosando sus piernas y aumentando de peso;…. Hablo de verlos sanos, y sentir como que todo lo que viviste apenas fue una pesadilla que ya termino y un sueño hermoso que apenas comienza.
¡Ánimo!.. ¡La recompensa es grande, la esperanza no muere y Dios es poderoso!
Tips:
- No compres demasiada ropa de bebé pequeña, casi no la usarás, sin embargo, compra ropa calientita, pues los bebés prematuros necesitan de mucho calor.
- Si tuviste un parto prematuro y piensas quedar embarazada de nuevo, es muy probable que el segundo parto también sea prematuro, Es buena idea, planificarlo bien y adquirir, si puedes, un seguro médico que cubra complicaciones del recién nacido, por si se necesitara, económicamente te ayudará mucho.
- Si ya estas adelantada en meses de embarazo, es conveniente descansar si te sientes agotada, evitar cargar otros niños, no hacer ejercicios muy pesados y cuidarte. Es mejor pasar unos días en reposo que meses visitando a tu pequeño(a) en cuidados intensivos.
- No te sientas culpable. Las razones de un parto prematuro, pueden ser muy diversas, piensa más bien en soluciones y mantén tu mente positiva ante cualquier situación.
- Aliméntate adecuadamente, tu pequeño(a) te lo agradecerá.
- Si definitivamente ya hiciste de todo y no te baja leche, piensa en la posibilidad de dar fórmula, quizá no sea lo mejor, pero es mejor que nada.
- Tranquilízate, los bebés prematuros rápidamente se recuperan si los cuidas bien.
- Cree que bajo las órdenes de Dios no hay poder humano que haga lo contrario y no te dará una carga más pesada que la que puedas soportar.