Nos toco ser padres en unos años súper difíciles en el tema de salud, economía, solidaridad y confianza y aunque han habido muchos héroes anónimos brindando su ayuda, los que resaltan en esta época son los niños.
Niños que sin voz ni voto de pronto tuvieron que hacer frente al encierro total sin siquiera despedirse de sus mejores amigos o darles un abrazo.
Los que en medio de la confusión tecnológica y aprendices de aplicaciones y herramientas virtuales dieron clases incluso a sus mismos padres, hermanos y familiares acerca de su uso, pues su capacidad de aprendizaje se adaptó a esta nueva modalidad de forma autodidacta.
Niños que interiorizaron temores, angustias, descontrol y muerte incluso de personas cercanas y supieron incluso brindar una sonrisa para que los mayores siguiéramos luchando e hiciéramos frente a tan duras pruebas, pues ellos con su inocencia y calma brindaron amor y ternura a los hogares incluso en los momentos más sombríos.
Aquellos niños que enfermaron o fueron hospitalizados, analizados, diagnosticados o tratados indistintamente en instituciones públicas o privadas y siguieron ciegamente protocolos, directrices, instrucciones y tratamientos para luchar por sus vidas, algunos sin lograrlo y otros intentando ser la mejor versión de ellos mismos.
Admiración a esos niños que están aún en casa soportando con calma e inteligencia en muchas ocasiones el mal humor de los padres ofuscados por no saber qué hacer con ellos todo el tiempo en casa, con recursos y espacio limitados y aún así, son felices.
A esos niños que tuvieron que cambiar de las manos que les cuidaban a otras que no conocían con la plena confianza de que estarían bien; A aquellos que pasaron de ser hermanos a padres de los más pequeños de casa y demostraron temple, serenidad y madurez incluso más que los adultos que estaban a su cargo.
Admiración a esos niños que sin llorar se despidieron de maestras y compañeros en reuniones virtuales aceptando cambios que muchos en su situación hubieran objetado y a aquellos que siguen esperando, confiando y contando días para volver a subirse a su bicicleta, comer un helado, comprar un juguete, invitar a casa a sus amigos, celebrar un cumpleaños, comer una merienda o ir al cine libremente y sin mascarillas.
A esos niños por quienes redescubrimos la sencillez y el significado de las palabras, la comunicación entre las personas, el valor de las cosas, el tiempo en familia o perseguir un sueño.
Respeto y admiración a los pequeños héroes de nuestros hogares e incluso los que no son nuestros, porque han sido quienes sin ser nada más que ellos mismos en sus diminutos pies, nos han inspirado y salvado de la desesperación, soledad y aburrimiento en este mundo.
Sabemos que un día les veremos grandes, exitosos, sin miedo a los cambios o las vicisitudes de la vida pues todo esto solamente les hará más fuertes de lo que en realidad ya son.
♥︎ ♥︎ ♥︎ Gracias por enseñarnos lo que es ser valientes, optimistas, agradecidos y felices. ♥︎ ♥︎ ♥︎
NUNCA
DEJES DE APRENDER
PORQUE LA VIDA NUNCA TE DEJA
DE ENSEÑAR