Son sin duda, una fecha de nostalgia para todo padre que al volver la vista atrás se da cuenta de qué tan rápido pasa el tiempo sin apenas notarlo.
Cuando menos se siente, pasan de pañales a colegio, de compotas a loncheras, de escarpines a botas o de baberos a sombreros. Se ven absolutamente hermosos poniéndose ya los zapatos de papis aunque les queden enormes, pero poco a poco nos vamos dando cuenta que ya no son tan pequeños(as).
Si tú eres como yo, que he tomado diez mil fotografías y no tengo casi ninguna impresa, seguro te sentaras un día a recordar aquellos primeros pasos, aquel baño por primera vez, aquella salida del primer diente o sus primeras palabritas con mucho sentimiento mientras vas pasando uno a uno, esos recuerdos que quisieras quedaran congelados en el tiempo.
Pero lejos de ponernos a llorar por los instantes que ya pasaron a ser historia, quiero centrarme más bien en esos pequeños puntos que debemos guardar en nuestro corazón, por siempre.
Puede que seas o no detallista, que te recuerdes o no de tu aniversario, de algún cumpleaños, de alguna fecha… pero va a ser sumamente difícil que no te acuerdes de la fecha de cumpleaños de tus hijos (as), ya que ese susto tan armoniosamente calculado, no se olvida tan fácilmente.
Las fechas de cumpleaños son peleadas por las madres y criticadas por los papas, ya que por lo general, aunque me imagino que varían las tradiciones en cada país, se desean celebrar y compartir con la familia y amigos con una piñata o un pastel.
Los costos, son relativos, pues puedes optar por detalles sumamente costosos o limitarte a un presupuesto normal viendo alternativas prácticas y bonitas.
Lejos del evento en sí, me gustaría que pensaras en la persona que estas festejando, en hacer un recuento en tu memoria de los momentos compartidos, de los detalles, de las risas y las lágrimas, de la talla y el peso, de los gestos y rabietas, de las palabras y silencios… que festejes, más que con personas, contigo misma(o) la bendición de tus hijos(as), de cada uno(a).
Recuerdo ser bastante despistada. No es que no me importara los invitados que yo misma había colocado en una lista, pero siempre me he tomado mi tiempo para realmente “degustarme” cada momento con mis hijos, por pequeño que sea. Lo menciono, porque suele pasar que por atender a las personas, ni siquiera ves a tus hijos(as) o la celebración te consume tanto, que no te fijas en el punto del encuadre de las fotografías que tomas, que en realidad deberían ser las imágenes que congeles en tu mente par toda la vida y no las impresiones que sacaras después.
Ese día concéntrate en lo verdaderamente importante, no en todo, sino, en lo importante. Recuerda que el tiempo pasa demasiado a prisa y un día cambiaras los pasteles por una boda sin apenas darte cuenta, por lo tanto, disfruta al máximo cada cumpleaños con tus pequeños(as) ángeles.
TIPS:
– Haz una lista de las cosas que deseas hacer desde lo más grande a detalles más pequeños
– Toma en cuenta TODO, y por favor, incluye lo personal que tú también necesitas en tu lista.
– Haz un presupuesto (aunque raramente lo cumples) para al menos tener una idea de con qué cuentas y con qué no.
– COTIZA, con algunos meses de anticipación, en distintos lugares, con distintas personas, incluso con aquellas que crees que no tienen el servicio que necesitas, puede que te equivoques.
– Utiliza la tecnología en todo su esplendor, te hará más fácil la búsqueda y contactos en menor tiempo.
– No le des tantas vueltas al asunto, decídete. Recuerda que mientras más te entretienes en algo, más tiempo pierdes de otras cosas.
– Piensa en algo sencillo, pero bonito y accesible.
– Pon en práctica tus habilidades, ya sea de cocina, decoración, diseño o administración. Puede que te ayude a organizarte y evitarte algunos gastos.
– Delega y comparte. Si bien es cierto que al final será tu gusto, con ayuda será más fácil.
– Recuerda que lo importante no es lo que hagas, sino a quien le festejes.
