Semillas de ciencia en los Andes: una historia desde Floresta y Corrales, Boyacá en Colombia

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Hola, soy José Libardo Vargas Vargas, licenciado en Etnoeducación, investigador y divulgador científico.

Nací en las montañas de Corrales  y he vivido más de quince años en el municipio de Floresta, Boyacá, en colombia.

494352147_2435519513473063_665824915158574078_n-min Vengo de una escuela rural, de esos paisajes donde el conocimiento brota de la tierra, del cielo estrellado y de la tradición oral.

Desde niño me llamaban la atención los fósiles del periodo Devónico, que se encuentran en nuestra región y que forman parte del testimonio milenario de la vida en el continente americano. En ese entonces soñaba con ser biólogo marino, atraído por la ciencia y el misterio del océano. Sin embargo, el camino de la vida y mis propias raíces me llevaron a descubrir una carrera tan fascinante como profunda: la Etnoeducación.

Según el Ministerio de Educación Nacional de Colombia, la Etnoeducación es “una ciencia cultural que evoca los principios de la preservación de los saberes ancestrales y tradicionales, salvaguarda la identidad cultural de los territorios y promueve la conservación del planeta”. Dentro de este enfoque, nos formamos como investigadores con perspectiva etnográfica, gestores culturales y constructores de conocimiento en diálogo con las comunidades.

Elegí esta profesión porque, aunque parecía estar lejos de mis intereses iniciales como la biología marina, la antropología o las ciencias sociales, descubrí que la Etnoeducación las abarca desde una mirada integral. Es un verdadero baile del conocimiento entre la ciencia, la cultura y la vida cotidiana.

Mis temas de divulgación en este espacio serán variados, pero profundamente conectados con mi esencia: astronomía, ancestralidad, medio ambiente y todo lo relacionado con las ciencias STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) desde un enfoque cultural. Quiero tender puentes entre el conocimiento científico y los saberes populares, entre el telescopio y el fogón campesino.

Mi estilo de vida está en armonía con las leyes de la naturaleza. Disfruto de la lectura, acampar bajo los principios del escultismo (Scout), montar bicicleta, viajar y cuidar rebaños de ovejas y cabras. Siempre he vivido en el campo y esa conexión con la tierra ha sido mi mayor fuente de inspiración.

Ser profesor no fue fácil. Los retos económicos y sociales fueron muchos, pero el sueño persistió. Hoy, como profesional, puedo decir que con perseverancia y amor por el conocimiento, los sueños se alcanzan. Como decía Paulo Freire:

«La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo.»

No dejes de soñar.

José Libardo Vargas Vargas

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Licenciado en Etnoeducación
Investigador y divulgador científico rural

 

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